sábado, 29 de octubre de 2011

Reseñas de libros VI: Maldito karma



"Maldito karma" de David Safier. Se trata de un libro en el que la ironía, el sentido del humor y el sarcasmo toman la ventaja al resto de historias.

La historia principal es poco importante en comparación con la que subyace. La protagonista es Kim Lange, una famosa presentadora de televisión en Alemania, que sufre un desafortunado incidente con un retrete de una estación espacial y muere. A partir de ahí entran en juego las reencarnaciones y algunos episodios hilarantes.

Lo cierto es que me he reído bastante con el libro, aunque reconozco que la historia es flojita, pero la idea del karma tal y como aquí está enfocada me ha gustado mucho.

El autor tiene un segundo libro: "Jesús me quiere", que me leeré sin duda, porque seguro que vuelve a contar con estos ingredientes, que me resultan básicos para en el mundo actual crear una novela interesante.

Mi nota: 8

lunes, 24 de octubre de 2011

¿Y por qué no?

  




Reiki, del japonés reiki (poder espiritual, atmósfera misteriosa) es una práctica seudocientífica considerada como medicina complementaria y alternativa, que trata de lograr la sanación o equilibrio del paciente a través de la imposición de las manos del practicante, canalizando cierta supuesta "energía vital universal".


Así define la wikipedia a esta práctica, yo lo dejo en: he pasado veinte minutos relajándome y me he levantado nueva. 


No sé si repetiré, no tengo ni la más remota idea, pero aún conservo -ocho horas después- la calma y una extraña sensación de relax. 

Durante veinte minutos mi cabeza no ha parado de funcionar a una velocidad de vértigo. La música oriental, relajante, sonando, los ojos cerrados, personas pasando por mi vida, recuerdos, miedos, paisajes. Ha sido una sensación extraña.



Y es que en estos momentos busco eso, no ya sensaciones extrañas, sino al menos sensaciones nuevas, experiencias edificantes/gratificantes. Tengo ganas de tener ganas de tener más ganas aún de hacer todo tipo de cosas. Eliminar el "no" de mi vocabulario, y abrirme a aquello que anteriormente rechacé o simplemente no vislumbré como posible probabilidad.


Cuando estás perdida nunca sabes dónde vas a encontrarte, no? Pues eso.


Así que si se os ocurre un plan, por loco que sea (bueno no, los deportes de riesgo siguen sin ser una opción), algo extravagante, divertido, y mejor aún: que se pueda compartir con amigos, pues me lo decís. 


¿Quién os dice que ahora de golpe no podemos encontrar algo que nos inspire y llene ese hueco que de vez en cuando vemos en nuestra vida?



sábado, 8 de octubre de 2011

Que toda tu risa le gane ese pulso al dolor


De pequeña tuve un sueño: quería ser periodista, de deportes exactamente. Me pasaba horas y horas encerrada en mi habitación grabando programas, haciendo entrevistas, narrando partidos, viviendo en mi mundo.

Ese sueño se hizo realidad cuando crecí, después de mucho esfuerzo (por mi parte y por la de mi familia), y de una enorme confianza depositada en mis posibilidades (más de los demás que mía propia).

Pero a la hora de mantener ese sueño vivo no le achaco nada a la suerte, sino a las vueltas de la vida.

Y recuerdo una frase que decía algo así como que lo malo de los sueños es que una vez cumplidos te das cuenta de que no eran para tanto. Bueno, puede ser, pero el caso es que al menos puedo decir alto: cumplí mis sueños en mi pasado.

La cuestión es que ahora, con 35 años ya, me planteo: ¿tengo algún otro sueño?

Quizás el paso de los años me ha hecho ser más sensata, tener los pies en el suelo (a veces demasiado), perder esas ganas de soñar, de ilusionarme por un plan futuro. O tal vez sea solo cuestión de tiempo, como todo últimamente.

Para quien no lo sepa me he quedado sin trabajo. Y por primera vez en mucho tiempo estoy un poco perdida. No mal, no, simplemente perdida, desubicada, sin sentido en ciertas ocasiones.

No sé qué quiero hacer, no sé a qué me quiero dedicar, ni dónde quiero estar, nada.

La parte buena es que tengo ahí todas las opciones, que el mundo está delante de mis narices, que ahora puedo elegir, porque no tener nada también implica que no tengo mayor responsabilidad que la de no fallar a los míos, no hacerles daño. No tengo hipoteca, no tengo alquiler, no tengo letras pendientes. Debo poco y de momento tengo para pagarlo.

Así que quizás este sea el momento perfecto para elegir: ¿qué hago ahora conmigo?

He elegido hoy esta canción de Amaia Montero y El Canto del Loco porque tiene una letra apropiada. Una letra que repetía una y otra vez hace 8 años, y que tengo ahora que repetirme de nuevo.


"Algo puede mejorar, 
algo que pueda encontrar
algo que me dé ese aliento 
que me ayude a imaginar 
y yo lo quiero lograr, 
ya no quiero recordar, 
y darle tiempo a este momento 
que me ayude a superar 
que me dé tu sentimiento. "