lunes, 18 de mayo de 2020

66 días

66 días después en nuestra casa empieza la nueva rutina.
Mientras sigue muriendo gente y algunos otros -muchos, demasiados- no comprenden que hay que retornar a la vida, pero con más precaución que nunca, en nuestra casa hoy se acabó lo que se daba.

66 días llenos de cosas buenas, muchas más que de disgustos, aunque también los ha habido.

66 días para corroborar que el amor es real. Que no necesitamos tantas cosas como imaginábamos.
Que podemos aprender inglés y leer otra vez. Ver series, limpiar y dibujar sin descanso. Estudiar y soñar que viajamos a Londres. Jugar al Black Stories y hablar cada día una hora con la misma persona, con la que antes no había hablado ni una hora entera en casi dos años.

Descubrir que el encierro nos lleva a hablar con amigos cada semana con los que no hablamos más que dos o tres veces al año. Añorar a mi madre más que nunca, porque estas semanas son las más duras siempre para mi familia y este año no he tenido su abrazo.

66 días de risas, sonrisas y lágrimas. De discusiones y reconciliaciones.
De evidencias: ya no necesito a esas personas que un día estuvieron, porque los amigos vienen y se van, y aunque haya amor si falla la confianza falla todo.

La gente ha muerto, sola. Sus familias no han podido sentir el abrazo de los suyos en los momentos más duros que una persona puede tener. Y mientras esa realidad paralela existía, cada uno en su "castillo" creaba una historia bonita, para seguir creyendo en cuentos de hadas, y soñar.
 Y cruzábamos los dedos para que todo acabara, pronto y bien. Brindábamos a diario anhelando el final.

Hoy en Madrid solo pasamos a la fase 0,5, pero en nuestra casa hoy se han acabado las rutinas que durante 66 días hemos creado y que nos han hecho decir en más de una ocasión: "podría haberme quedado aquí toda la vida, porque para mí la vida es solo esto: estar juntos".

Dejamos atrás una de las épocas más extrañas que podríamos incluso haber imaginado. Pero ha sido realidad.
Cerramos una etapa triste a nivel global, y sin embargo feliz en nuestro pequeño mundo.
Y empezamos de nuevo, porque cada día seguimos empezando, y porque HOY es el mejor momento posible. Mañana ya veremos. Pero hoy, hoy no nos lo quita nadie.