domingo, 23 de marzo de 2014

El tiempo, ese enemigo

El tiempo, como ya he comentado en otras ocasiones, es un gran dictador.
Marca nuestros pasos, domina nuestra vida, señala nuestro camino. Y nosotros, en lugar de rebelarnos, aceptamos sus órdenes, dándole un espacio en nuestras muñecas, nuestras cocinas, nuestras mesillas, nuestros coches, nuestros móviles.
Y reflexionando sobre ello, me viene a la cabeza una idea de forma recurrente.
Si no midiéramos la vida por el tiempo, no seríamos más felices?
Es decir, si supiéramos que existirá mañana, que no habrá un final, no seríamos más nosotros mismos? Sin ansiedad,  sin dudas, sin miedo, sin prisas, sin todas esas cosas que nos limitan en el día a día, y a la hora de proyectar nuestro futuro.
Si un partido de fútbol se acabara cuando se metieran cinco goles habría más espectáculo, nadie contemporizaría, sino que se volcarían al ataque para lograr ese objetivo.
Entonces si, como en un partido de fútbol sin tiempo, la vida nos marcara unos objetivos, y después de conseguirlos nos dejara disfrutarlos eternamente (o casi, que la eternidad puede ser mucho tiempo), no tendríamos una vida mas plena? Se acabaría la procrastinacion?
Sólo sé que odió la dictadura del tiempo, vivir mi vida pendiente de un reloj y pensando que todo tiene un final, que las personas estupendas que me rodean un día no estarán y que las cosas maravillosas que me emocionan se acabarán.
Así que, no podemos hacer nada para cambiar esto?