martes, 5 de agosto de 2014

Agosto. Incoherencias

Llegar antes de tiempo. Tener una cita con la vida y llegar antes de tiempo.
Quedar con alguien y calcular mal, aparecer demasiado pronto, o quizás demasiado tarde.
Supongo que lo más importante al fin y al cabo es aparecer. 

El tiempo, que siempre me tiene obsesionada. Pronto o tarde, real o relativo. El tiempo que llevo sin verte, el tiempo que me queda para verte, el tiempo que cuenta lo que llevamos viéndonos. 

Y de nuevo, tiempo después, nos encontramos en el mes de agosto. Mi mes. Un mes que marca mi vida desde mi propio nacimiento. Sin agosto no soy, para bien o para mal. 

Sin agosto no existiría, sin agosto no celebraré, sin agostó no sería, no seré, no soy.

Agosto, que me regala calles vacías, coches nerviosos, calor y piscina, añoranza de la playa y deseos de septiembre. 

Agosto que me enseñó a odiar mi casa y ahora me muestra el camino a quererla de nuevo.

Que me trajo lo peor y lo mejor. La soledad más absoluta y la compañía más perfecta. 

Un pasado, un presente y un futuro. El tiempo, siempre dispuesto a marcar mi vida, la tuya, la suya, la vuestra. El tiempo y agosto. El miedo y la ilusión. El odio y el amor. El amor, más amor. Todo el amor. 

Agosto, toda mi vida. Agosto, todo mi amor. Mi amor. Mi vida. La relatividad.



"Tarde o temprano 
me perderé en cadenas. 
una vez en la vida 
debo encontrar dentro de mí 
una noche de agosto 
mi alma perdida 
que arrojé al mar".