martes, 17 de marzo de 2020

La crisis del coronavirus

Siempre me ha resultado más fácil escribir cuando las cosas no iban bien, cuando estaba triste, melancólica o decepcionada.
Hoy escribo desde el enfado, porque estamos en una situación dramática, un estado en el que ninguno nos hemos encontrado antes, y se me echa encima la poca solidaridad y empatía de muchos.
Mientras esta crisis del Coronavirus nos aplasta - y nos deja muertos- enfermos, médicos, enfermeros, personal sanitario siguen luchando dando todo lo mejor de ellos. Otras profesiones demuestran su valor en una sociedad que hace dos días les ninguneaba.
Y ciudadanos de a pie demuestran que son de todo menos buenas personas.
Me harto de ver a gente pasear de dos en dos por la calle, de ciclistas creyendo que tienen derecho a ocupar el espacio que nos pertenece a todos y, sin embargo, se nos ha vetado en estos días. De gente paseando a perros como si tuvieran que estar dos horas fuera de casa.
¿Cuando entenderán que es una obligación de todos el quedarnos en casa -si nuestra profesión lo permite- y cumplir las órdenes que se nos dan? ¿Tanto cuesta entenderlo?
Nos quedamos por los enfermos, por los mayores, por los niños, por los que están luchando dejándose el alma por todos nosotros. Cada uno somos una gota fundamental en este mar, cada pequeño esfuerzo nos ayudará a acabar antes con todo esto.
No quiero estar más de quince días encerrada en casa, pero estaré lo que me digan que debo estar.
Perderé mi trabajo, como muchos de vosotros. Me quedaré sin ver ni abrazar a mi madre el tiempo necesario para que ella esté sana. No quiero estar más tiempo por culpa de los insensatos egoístas que creen estar por encima del bien y del mal.
Y no les deseo nada malo, porque me enseñaron que eso puede volverse en tu contra. Pero también porque bastante tienen con ser como son.
Ánimo a todos los que os estáis esforzando para juntos salir de esto.
Mucha fuerza para los que a veces decaéis. Estamos unidos, y saldremos, porque vamos a hacerlo muy bien.
Y después llegarán los besos, los abrazos, las cañas, las palabras mirándonos de nuevo a los ojos.
Llegará despues, seguro, llegará. Pero ahora es momento de quedarnos en casa.