miércoles, 28 de septiembre de 2011

El avance online

Cuando de repente los cambios asolan tu vida tienes la opción de tumbarte en la cama, taparte la cara con la almohada y empezar a llorar. Es una opción respetable, pero no ha sido la que yo he elegido. He tenido buenos consejeros, gente preocupada por mí que me han intentado señalar con luces el camino a seguir. Entre todas las posibilidades unas las deshechas al instante y otras las coges con fuerza porque ves en ellas la posibilidad de llenar tu cabeza de conocimientos nuevos.

Tras un buen consejo para mi cumpleaños recibí el regalo de un curso online de Community Manager. Y en él me he metido de lleno desde el lunes (porque todo, como las dietas, se debe comenzar un lunes).

Cómo me cuesta estudiar después de tantos años, cómo me duele la cabeza cuando intento asimilar tantos conocimientos nuevos. Y aunque de primeras me he sentido súper perdida al mismo tiempo cada día tengo más y más ganas de hacerlo, de seguir avanzando, aprendiendo y exponiendo esos conocimientos.

Me gusta sentir que tengo esa otra obligación tras volver del trabajo. Que tengo que hacerlo por mí y por los que confían en mí.

Así que allá voy, ahí sigo, luchando, persiguiendo la sonrisa en cosas tan extrañas como este curso. Pero, como ya hemos dicho en otras ocasiones: ¿no sirve cualquier cosa siempre que te provoque un estado de bienestar?

Y ahora a por unas cañas!

lunes, 19 de septiembre de 2011

Paso a paso se hace el camino



Muchos pequeños pasos forman una gran caminata.

No espero dar un paseo enorme, no voy a hacer de momento el Camino de Santiago (aunque sí quizás alguna vez), pero sí necesito ir dando pasito a pasito en esta nueva etapa de mi vida, conformando un presente con cierta fortaleza para poder tener un futuro brillante.

Los pequeños pasos están ahí, como el amor, en el aire. Un día te levantas sin esa ansiedad que se había convertido en tu mejor amiga. Otro te sorprendes riendo ante una ocurrencia, ante una frase de un libro, ante un diálogo de una serie. Incluso te imaginas planeando un viaje, soñando con conocer gente, volver a ir a un concierto.

Hoy he dado otro pequeño paso: publicar en mi perfil de Facebook fotografías de estos dos últimos meses. Aunque parezca algo tonto es importante, ya que han sido dos meses largos, duros, para no recordar, y sin embargo lo piensas y: son parte de mi vida! Para bien o para mal han estado ahí, y aunque en su momento me pareciera difícil de verlo, han tenido momentos bonitos, que merece la pena recordar. Mis amigas, mi familia, Las Rotas, mi yogur del Llao Llao, los paseos por los hippies, conocer a Josy (la mami de Cris) todo es mi vida, todo ha formado parte de mí.

Y por feo que parezca ningún momento debe ser desterrado ni olvidado.

Igual que no romperé ni esconderé las fotos de mi pasado con gente a la que ya no trato hoy en día, tampoco voy a guardar en un rincón esos dos últimos meses.

Llegó por fin septiembre. Vamos a acabarlo en nada. Y la vida poco a poco, pasito a pasito, va tomando forma de nuevo. Me quedan aún momentos muy duros, pero siempre me quedarán los mismos que han estado este tiempo. Porque otra cosa no, pero con estas cosas una puede crear una nueva lista de gente indeseable, pero ¿para qué molestarse?

Me quedo con la lista de gente maravillosa, que son unos cuantos. A esos, a vosotros, a los que habéis estado ahí cuando las lágrimas se me acababan: MIL GRACIAS. Al resto nada, que espero que la vida no os haga necesitarme nunca. Se siente, ya no estaré.

sábado, 17 de septiembre de 2011

Reseñas de libros V: El ladrón del tiempo


"El ladrón de tiempo", de John Boyne, autor de -entre otros- "El niño del pijama de rayas", es un relato con una importante dosis de fantasía, entremezclada a su vez con detalles de la Historia. 


Todo ello junto le da un toque al libro con cierto parecido a "Los inmortales". El protagonista, Matthieu Zéla, nace en París, en 1758, y cuenta sus aventuras hasta la fecha actual, ya que no muere ni envejece a partir de un momento de su vida.


En su relato se cruza con personajes reales históricos, con aventuras, misterios y romanticismo. Tierno pero implacable. Avanza la narración sin saber cual es el objetivo real, pero entreteniendo, tal y como debe ser un libro de este estilo.


Lo recomendaría a quien -como he avanzado- le gusten "Los inmortales", las historias imposibles, soñar con la eternidad. Todo con un regusto positivo, no como en otras ocasiones, con una escritura sencilla y con un final algo ñoño. 


Mi nota: 7,5

martes, 6 de septiembre de 2011

Cuando fuimos los mejores



Echas la vista atrás.

Te ves subiendo en el 32 de vuelta a casa, en una noche parecida a esta, en la que la luna empieza a brillar en lo alto. Has compartido una charla más sobre lo que esperas de la vida, sobre los sueños y las ilusiones.

Enfrente está una de tus amigas de siempre, a la que conoces desde los 5 años.

En medio una conversación sobre esa luna, sobre lo que inspira, lo que esconde, lo que oculta.

Durante años nos hemos llamado o mandado mensajes recordándonos que miráramos al cielo, que la luna estaba preciosa en ese instante.

Hoy añoro esas tardes. Tardes de barrio, de sentarte en el suelo (porque no había ni dinero para una coca-cola en un bar), de pasear por el parque, de hablar, hablar, cantar incluso. Añoro esa sencillez para quedar, esa simpleza para abrazarse, no como ahora que parece que pedimos un favor al quedar y abrazar. Que tenemos que pedir cita para vernos, para mirarnos a los ojos y descubrir que no todo va bien, aunque aparentemos, aunque disimulemos.

Añoro esas tardes. Y añoro esas noches en Denia, con la música como excusa, con las miradas furtivas al chico guapo de turno, para que al final se acercara el chico feo (que tampoco es que yo pudiera pedir mucho), cantando a voz en grito nuestras canciones, soltando confidencias, secretos, contando historias, anécdotas. Todo lo que jalonaba nuestra "emocionante" vida de los 15 años.

Añoro también los paseos por el Barrio de Salamanca, iniciados en la calle Velázquez. De nuevo llenos de todo, repletos de amistad pura y dura. De la que te llenaba el corazón y te hacía sentir invencible.

En la vida no todo es amor, o sí, sí que lo es. El amor lo es todo, el amor mueve todo, para bien y para mal, por su presencia y por su ausencia. Amar, querer, extrañar, añorar, desear, soñar, sentir, vivir.

No sé si hay luna visible ahora. No sé si la veré desde mi casa. En el pasado me asomaría al balcón, buscaría esa luna, pensaría en mi amiga y le mandaría un sms. Ahora pido cita para contar que me he acordado de ella. O peor aún, lo escribo por aquí.

Cómo hemos cambiado, y qué mal administramos la amistad. Seguimos ahí, seguimos juntos, pero deberíamos esforzarnos más por recuperar esos instantes de la adolescencia que nos hacían sentirnos los mejores.

Cuando éramos jóvenes, cuando fuimos los mejores.

jueves, 1 de septiembre de 2011

Reseñas de libros IV: La vida interior de Martin Frost


"La vida interior de Martin Frost" de Paul Auster es un relato rápido, un guión que fue llevado posteriormente a la pantalla grande.

Por tanto, de primeras nos encontramos con que si no nos gusta leer el formato guión cinematográfico debemos olvidar esta reseña. A mí me gusta, siempre me pareció una tarea muy muy entretenida, me lo pone fácil.

La historia, luego, me atrajo porque en "El libro de las ilusiones" del propio Auster, un personaje ve esta película, y por tanto ya me resultaba familiar.

Es una historia onírica, irreal, llena de fantasía, algo sosa en ocasiones, pero que entretiene rápida y fácilmente.

No pasará a la historia como la mejor novela de Auster, pero sirve para pasar un rato divertido, con esas imágenes incluso graciosas que uno puede imaginarse en pantalla.

Mi nota: 6,5

Reseñas de libros III: El hombre duplicado


"El hombre duplicado" de José Saramago es hasta la fecha de los libros que he leído del Premio Nobel el que más fría me ha dejado.

Mejora bastante en las últimas páginas, pero durante el transcurso del libro cuesta y mucho, no perder el hilo argumental. Se pierde Saramago en descripciones innecesarias, en recursos absurdos, en páginas y páginas cercanas a lo inútil. Y eso afecta demasiado para encariñarse con algún personaje, para no ponerte a pensar en otras cosas.

Así que aunque el final es bastante más dinámico, directo, claro, conciso, no sería justo olvidar que hasta llegar a ese buen epílogo hemos sufrido un tortuoso camino.

Recomendable como historia, como argumento, como guión cinematográfica, pero no demasiado como literatura novelesca.

Mi nota: 4,5