domingo, 31 de julio de 2011

Los libros del 2011

Trabajar donde trabajo ha hecho que se acrecienten mis ganas de leer.

Siempre me encantó tener un libro en mis manos, desde pequeña -cuando me metía debajo de la cama con mi linterna y mi libro, para que nadie me molestara-. No leía sentada en una silla o un sofá, no. Leía siempre tirada en el suelo, tumbada, sentada, como fuera, pero en el suelo. Ahí imaginaba a los personajes, les ponía su imaginaria voz, creaba su imagen, vivía sus aventuras. Qué recuerdos más bonitos.

Ahora ya no lo hago, ya no leo tumbada en el suelo, aunque quién sabe si no debería volver a esa extraña costumbre. Pero durante este 2011 he tenido la suerte de leer mucho - y mucho bueno también-.

Dani me dijo hace tiempo que debería ir poniendo en mi antiguo blog una reseña de cada libro que me acababa, que podría resultar interesante. No le hice caso. Hoy veo que sobre todo podría resultar útil para mí misma, porque así recordaría -pasado un tiempo- lo que pensaba de aquel título leído entonces.

Ahora me resultaría difícil hacer reseña de cada uno de los leídos, pero sí lo haré a partir de estos momentos. Y si me va apeteciendo volveré sobre este post rellenando los huecos.

No os asustéis, este es mi listado de libros. Si queréis comentar algo sobre alguno, yo feliz de la vida:


- La chica que soñaba con una cerilla y un bidón de gasolina. Stieg Larsson
- La cúpula. Stephen King
- El libro de las ilusiones. Paul Auster
- La cena de los infieles. Beryl Bainbridge
- El tiempo entre costuras. María Dueñas
- Aurora boreal. Asa Larsson
- Cuatro amigos. David Trueba
- Un regalo del cielo. Cecelia Ahern
- El quinto siervo. Kenneth Wishnia
- Lo que me queda por vivir. Elvira Lindo
- Una noche en Mozambique. Laurent Gaudé
- La llave de Sarah. Tatiana de Rosnay
- Sueños de un seductor. Woody Allen
- Ahora y siempre. Ray Bradbury
- El psicoanalista. John Katzenbach
- Las chorradas de mi padre. Justin Halpern
- Cuadernos de una juventud al desnudo. Billy Childish
- La bodega. Noah Gordon
- A sangre fría. Truman Capote
- Flores en el ático. V. C. Andrews
- Pétalos al viento. V. C. Andrews
- Peligro inminente. Agatha Christie
- Historias de Nueva York. Enric González
- La reina en el palacio de las corrientes de aire.  Stieg Larsson
- El último trayecto de Horacio Dos. Eduardo Mendoza
- El misterio de la cripta embrujada. Eduardo Mendoza
- La feria del asilo. John Updike
- Si hubiera espinas. V. C. Andrews
- El asombroso viaje de Pomponio Flato. Eduardo Mendoza
- Las cosas que no nos dijimos. Marc Levy
- Verano. J.M.Coetzee
- Seda. Alessandro Baricco
- Los ojos amarillos de los cocodrilos. Katherine Pancol
- Contra el viento del norte. Daniel Glattauer
- Cada siete olas. Daniel Glattauer
- Semillas del ayer. V. C. Andrews

Cosas que nunca se deben hacer si no tienes ánimos

Coger el coche cuando no se está con los sentidos al 100% no es conveniente.

Nunca lo cojas en ese caso, porque puede pasarte como a mí esta tarde, que me he saltado dos semáforos en rojo (pero no en ámbar, en rojo del todo), y uno de ellos tenía cámara, así que ya estoy esperando que me manden la fotito, para ver lo delgada que me estoy quedando.

¿Monto el circo?

jueves, 28 de julio de 2011

Sigo buscando

Debería contar las horas que llevo sin llorar. Son más de las que me imaginaba.

Una sigue sufriendo, por la ausencia, por la extrañeza de la situación, porque todo es nuevo en el mismo antiguo escenario. Y sin embargo llevo dos días bien, tranquila, serena, con momentos de alegría incluso.

Ese es mi objetivo. Perseguir mi sonrisa, darle caza y que no se escape más.

Llevo dos días bien. Mañana puede seguir la cuenta o bien detenerse. En este último caso no pasará nada. Volveré a iniciar la cuenta, sabiendo que pronto llegaré a los tres días, y a los cuatro, y a los que tengan que venir.

Avanzar, retroceder, dar un salto y coger impulso. Siempre persiguiendo mi sonrisa.

Un nuevo viaje

Intento coger aire. Miro a la calle y veo el mismo paisaje que veía hace 7 años. Sin embargo, las cosas ya no son iguales.

Por más que intento ordenar la cabeza lo que te llega no es bonito, ni siquiera es lógico (como pretendías), es solo una mezcla confusa de ideas, sentimientos, pérdidas y miedos.

Pongo el pie en el suelo, da igual si es el derecho o el izquierdo. Pongo el pie en el suelo, expulso el aire de dentro y cierro los ojos.

"Sí, hoy es el día en el que me voy a sentir mejor", pienso para mí. Incluso lo digo en alto. Es la lucha entre mi corazón y mi cabeza.

Es el debate interno que se ha generado entre lo que quiero y debo sentir y lo que realmente siento. Mi estado depresivo seguramente vencerá de nuevo esta vez, y el "quiero" no se imponga al "siento".

Entonces mañana volveré a poner el pie en el suelo, a expulsar el aire de dentro y cerrar los ojos y pensar para mí: "Sí, hoy es el día en el que me voy a sentir mejor",

Al final ese día llegará, aunque hoy todo es negro, vacío, oscuro, absurdo, sin sentido.

El fin de los días grises llegaron con su presencia. Hoy el regreso de los días grises lo motivan su ausencia. 7 años y medio después empiezo de nuevo, para vivir otra nueva etapa, más bien otra nueva vida. Muchos cambios vendrán, yo nunca seré igual que antes. Es inevitable.

En mi vida he vivido dos grandes palos, de uno saqué lo mejor de mi vida. El otro ha sido perder lo mejor de mi vida. Así que, ¿qué me espera ahora?

Me doy a mí misma la bienvenida a este futuro que es únicamente mañana. No hay futuro más allá, solo mañana. Solo día a día. Mi cuerpo no resiste más que eso.

Gracias por acompañarme en este nuevo viaje, donde intentaré encontrarme conmigo misma, volver a quererme y volver a querer.