Debería contar las horas que llevo sin llorar. Son más de las que me imaginaba.
Una sigue sufriendo, por la ausencia, por la extrañeza de la situación, porque todo es nuevo en el mismo antiguo escenario. Y sin embargo llevo dos días bien, tranquila, serena, con momentos de alegría incluso.
Ese es mi objetivo. Perseguir mi sonrisa, darle caza y que no se escape más.
Llevo dos días bien. Mañana puede seguir la cuenta o bien detenerse. En este último caso no pasará nada. Volveré a iniciar la cuenta, sabiendo que pronto llegaré a los tres días, y a los cuatro, y a los que tengan que venir.
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