lunes, 4 de junio de 2012

El calcetín



El calcetín. Recoges la ropa recién sacada de la lavadora, para tenderla, y encuentras el calcetín. Y buscando su pareja... no la encuentras. El calcetín se ha quedado solo. Hay dos pares de calcetines similares, 3 iguales y 1 diferente.

Y ese calcetín solitario te lleva a recordar el momento de comprarlos. Algún lugar de Estados Unidos (o tal vez fue en Canadá), el típico pack de 3 o 4 calcetines. Toma, yo me quedo 2, otros 2 para ti. Cuanto amor y generosidad.

Las posteriores coladas hicieron el reparto incorrecto. Un juego de calcetines está bien, el otro no. Y si yo no lo tengo bien... él tampoco. Hay un calcetín a kilómetros del otro.

Son solo calcetines, nada más. Pequeñas metáforas cotidianas para aquellos que le damos muchas vueltas a las cosas. Pequeñas excusas para volver a recordar. Cuando no es un calcetín es una canción, en otros casos un lugar, siempre hay algo, alguien que te lleva a tu rincón de nostalgia.

Hoy no es nostalgia, es solo que me falta un calcetín. Y que me he dado cuenta hoy (porque son muy parecidos entre sí), pero que llevo así un tiempo... con los calcetines mezclados, con la vida mezclada, con los sentimientos mezclados.

Y todo por un calcetín...

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