martes, 11 de diciembre de 2012

Corazón viajero

Cuando vivía en Málaga y volvía a Madrid por unos días a la vuelta de esa visita necesitaba siempre un proceso interior para recuperarme. Mi llegada a Málaga, mi regreso a la que era mi casa, se llenaba de lágrimas. Dejaba en Madrid a mi familia (apenada), a mis amigos (algunos, aunque pocos, también tristes). Dejaba una parte de mi vida. Y una parte de mi corazón.

Me acostumbré a viajar. A celebrar las llegadas y a disipar las lágrimas. A dejar caras tristes en uno y otro sitio. A no ser de ningún lugar y acabar perdida en los dos.

Hoy me decía mi Cú, una gran sabia a cuya ausencia nunca podré acostumbrarme, que no hay mucho consuelo para el que se queda despidiendo al que se va. Ella, yo, siempre éramos las que nos íbamos. Las que íbamos y veníamos, dejando a nuestra gente en ese estado de tristeza/alegría. Porque se sentían felices al vernos hacer nuestra vida, al buscar nuestro camino, pero se quedaban algo desvalidos con nuestra marcha. Quien de verdad te quiere por encima de todo quiere tu felicidad, aunque eso suponga dejarte partir. No es tan fácil querer hasta esos límites, cuando el egoísmo se esfuma y solo queda el pensar en el bienestar de aquella persona.

Esta noche he dejado a mi hermano en el aeropuerto. Y estoy feliz... pero no puedo dejar de llorar.
Estoy feliz porque va a reencontrarse con mi Cú, porque va a enfrentarse a un proyecto que debe, que tiene, que merece, que va a salir bien. Porque va a afrontar un nuevo reto en su vida. Conozco pocas personas tan trabajadoras pero que hayan recibido tan poco a cambio como él. Quizás ya ha llegado su momento de "recaudar" lo merecido.

Pero no puedo evitar sentir cierta tristeza. Porque mi hermano, pese a sus silencios, me acompaña cada día. Y es partícipe de mi vida, de algunos de los pocos secretos que tengo, con su discreción, con su sensación de que no te hace caso. Pero está. Él calla y mientras yo no paro de ametrarllarle con mis batallitas. Me desahogo, le cuento, se ríe, me escucha, a veces me ignora. Y comparto con él mi gran hobby. Puedo ponerme a buscar mil entretenimientos, cosas que me hagan ocupar mi tiempo, pero al final hay una cosa clara: lo que más me gusta es el fútbol. Y sobre todo ir al Bernabeu, con él. Y ver al Castilla en la tele. Y el baloncesto. Y le voy a echar tanto de menos.

Que sí, que tres meses pasan volando, pero ¿no puede parar ya mi vida de llenarse de despedidas y de cambios? Solo quiero paz. Solo quiero descansar. Solo quiero rutina. Y no lo encuentro. No puedo encontrarlo.

En fin, que mucha suerte pareja en vuestra nueva aventura. Brasil tiene el enorme privilegio de disfrutar ahora  de vuestra compañía. Sed felices. La vida no es otra cosa que eso: la constante búsqueda de la felicidad. En ocasiones algunos afortunados incluso la encuentran. Os quiero. Te quiero chache.

1 comentario:

  1. Estaba esperando tus palabras, en tu estilo, en plena ebulición del sentimiento de despedida.

    Aunque parezca raro decirlo, uno sí se acostumbra. Uno encuentra otra forma de vida que jamás irá sustituir la que se fue, pero se llenará de otra forma. A veces, es incluso mejor porque nos forzamos a mirar los laterales de la vida. Somos animales de costumbres, y en este caso, lo más parecido a un caballo con su tapa ojo, que solo miramos hacia delante porque siempre es más comodo saber por donde pisamos, instintivamente cogemos siempre el mismo camino, si posible siempre de las mismas manos, porque buscamos estar en nuestra zona de confort todos los días... hasta que llega el día que te das cuenta de que no controlas tu vida y todo lo que está en tu alrededor. Llega el desconocido, que asusta, pero quienes lo afronta siempre reciben un regalo.

    Yo no soy sabia mi Cú ( es que creo que me quieres mucho), es la vida que lo es, y que de alguma manera, en forma de un dedo enorme nos va empujando como si fueramos hormiguitas y nos conduce adonde tenemos que estar. Y si intentas desviar, si no entiendes las señales, es cuando todo empieza salir mal y ahí nos quejamos de la vida. En realidad, nada sale mal, no existe la infelicidad, existen momentos que somos puestos a prueba para reflexionar sobre como conducir mejor las cosas, para tomar decisiones que duelen... pero nos cuesta salir de la zona de confort, cómo cuesta! Y creo que a eso damos el nombre "infelicidad" o "mala suerte". Para mí, la infelicidad prolongada es pura falta de actitud!

    Estoy fuera de la zona de confort hace mucho, y quizás por eso mis palabras son tan frías comparadas con las tuyas que están cargadas de sentimientos. Pero sé lo que es, lo sé, lo viví, lo sentí muchas veces como lo que sientes ahora.

    Aquí Dani es otro hijo más para mi familia. Lo unico que tiene que quedar de esta despedida es la "saudade", que es la prueba que existe amor y que en ningún otro idioma se puede traducir en una sola palabra como en portugués. (al menos algo tenemos... jaja)

    Sea lo que sea, agradezco que todo los cambios de mi vida, y que de forma directa afectaron la vuestra, sea por amor y no por dolor. Así que despúes de las lagrimas, echemos unas risas porque de esto se trata! Y a partir de ahora, pasamos página porque se abre un nuevo capítulo para todos nosotros, sabiendo seguro que en algún otro capítulo volveremos a estar juntos.

    Hala! A mirar los laterales, todos!
    Os quiero!
    Cris

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