martes, 1 de diciembre de 2020

Mis ojos son tuyos

Te presto mis ojos, con su miopía magna y su astigmatismo, con sus defectos y con todas las virtudes.


Te los presto para que puedas ver la vida como la veo yo. Para que puedas entender cómo miro lo que me rodea.

Que no comprendo tanto egoísmo. Que echo en falta que los demás piensen en alguien más que en sí mismos.

Que la realidad no es solo la que vives tú, ni solo la que vivo yo, pero si juntamos tu visión y la mía quizá todo se acerque más a la vida real.

Y podemos ver que hay gente sin trabajo que sufre, por no tener ingresos con los que alimentar a su familia, y por no sentirse útil en una sociedad que solo valora las horas que trabajas en un puesto laboral.

Y que la gente enferma, y con enfermedades de muchos tipos, desde un simple resfriado al maldito coronavirus, pasando por enfermedades mentales que destruyen por dentro.

Que las relaciones no son nunca idílicas, y que aunque no son el as de guía de una vida sí son importantes para seguir adelante con alguien a tu lado.

Compartiendo nuestros ojos veremos que hay gente sola, y la soledad es lo más triste del mundo. Porque, ¿cuántas veces has llorado en soledad? Y has deseado tener a alguien abrazándote…

Cuando la vida nos va bien nos olvidamos de que a nuestro alrededor la gente sufre. Y más cerca de nosotros de lo que pensamos.

Por eso te presto mis ojos. Mira con ellos a la gente sin trabajo, sin salud, sin amor, sin suerte, y reflexiona sobre cómo sería tu vida en cualquiera de esas circunstancias. Dedica cinco minutos, aunque puedo decirte que si no lo has vivido no sabes lo que es.

Te los presto, porque mi corazón no puedo dártelo. Si lo hiciera, entonces sí, comprenderías absolutamente cómo me siento cuando veo tanto dolor.

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