viernes, 1 de marzo de 2013

La interpretación de los silencios

¿Nos paramos a pensar la cantidad de veces que los silencios tienen presencia en nuestro día a día?
Que un silencio dice mucho es algo que todos sabemos, que todos repetimos, pero... ¿lo interpretamos todos igual?
¿Acaso hay un manual que señale lo que significa tal o cual silencio?
Pues eso es lo que pasa entonces, que tendemos a darle una interpretación, y en muchos casos errónea.

No hace aún ni tres meses que se fue mi hermano a Brasil. Ya bastante más que se fue mi Cú. Y mi silencio ante ellos va creciendo. Y no lo hace porque me acostumbre a su ausencia, porque ya haya aprendido a vivir sin ellos y lo tenga asumido. Más bien al contrario, mi silencio lo provoca el hecho de no querer mostrar mi debilidad ante su falta.

Lejos de haberme hecho a la idea de su lejanía cada día les echo más de menos. Necesito sus palabras, sus gestos, sus sonrisas, sus abrazos. Y sé que falta menos para llegar, pero la impaciencia me puede.

Así que no es un silencio valorativo, ni un silencio positivo, es un silencio por mi parte para esconder la debilidad.

Ya, sé que leerán esto y habré descubierto mi "secreto", pero imagino que ya lo sospechan, y lo que no quiero es que piensen que no quiero hablar con ellos cuando es todo lo contrario.

Hay ausencias que duelen, aunque la vida les ofrezca ahora una parte más positiva. Y por eso estoy feliz por ellos. Eso no lo puedo negar. Y más ahora que está cada vez más cerca un cambio tan importante para todos. Son mi familia, son mis amigos, son mi vida. Y los quiero ver ya, os quiero tanto...

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