martes, 14 de febrero de 2012

Frustración



Me siento en ocasiones tan frustrada que dan ganas de desaparecer.

Frustración al notar que no te entienden, que no tienes el apoyo de antaño, que la gente no escucha, no lee, no siente, no padece.

Que veo la vida con ojos distintos, que soy diferente, que soy rara, que me comprendo pero solo yo lo hago. Una lucha contra una pared, una cabeza (la mía) y los golpes. No hay otra solución: cabezazos contra el muro.

Porque no sirven las palabras, ni directas ni indirectas. Porque no hay forma de que me guste el mundo en el que vivo, donde la gente pelea por el fútbol, por la política, por la religión, y se olvidan de pelear por los sentimientos.

Donde los amigos se olvidan de los amigos, hasta que alguien los necesita. Donde la familia solo está para dar por saco. Donde sobra una mano, y casi la mitad de la otra, para contar gente de confianza.

Me siento frustrada. Porque me siento sola. Porque he perdido estos meses demasiada gente en el camino, en cuanto no he estado a la altura que ellos esperaban. Porque yo no tengo derecho a fallar, pero sí la obligación de perdonar. Y ya estoy algo cansada. ¿Quién me perdona a mí? ¿Quién me escribe a mí para decirme que me quiere? ¿Por qué debo ser yo la que inicie ese camino del perdón? ¿Acaso soy menos importante que ellos?

Agotada, hasta la extenuación.


1 comentario:

  1. Pero ya te sientes mucho mejor, ¿a que sí?

    A tu salud, voy a ver si soy capaz de masticar un pitufo con aceite de oliva después de haber soportado ayer una endodoncia que todavía me hace ver las estrellas.

    ¡Un abrazo!

    ResponderEliminar