martes, 1 de mayo de 2012

Sigo soñando

El karma. Durante meses creí que el karma se me había revolucionado. Se había vuelto loco. O bien que en otra vida fui una auténtica mala persona, familia directa de Hitler o el propio Hitler.

Todo salía mal. Todo salía peor. Cada paso que daba era en falso, y también descubrí muchos falsos a mi alrededor, todo sea dicho.

Ahora empiezo a entender que mi karma solo dormitaba. Se había quedado dormido. Demasiadas emociones, supongo. Y ahora que ha despertado me está recompensando.

No soy la mejor persona del mundo. Hago daño, claro que sí. Intento no hacerlo, lucho por no molestar demasiado, pero acabo haciendo daño a quienes quiero, de una u otra manera.

Hace años, al irme a Málaga, hice daño a mucha gente. Algunos siguieron a mi lado, pese a ello. Otros muchos desaparecieron (o desaparecí yo, a su manera de verlo). Me fui para seguir mi vida, para vivir mi sueño, para hacer lo que el corazón me dictaba. Y no me arrepiento. Nunca quise hacer daño a nadie, solo quería vivir.

Imagino que cuando decidí volver a Madrid también arrasé con algunos sentimientos. De nuevo miraba por mí misma, me guiaba por mis sentimientos, mis sensaciones, las que pocas veces me traicionan. Pero cuando has vivido en un sitio, por poco que te hayas relacionado, siempre acabas metiéndote en la vida de alguien. Y salí de una forma fea supongo. Demasiada ruptura.

En la vida siempre dejamos "cadaveres" en el camino. Es en cierto modo inevitable. Pero la clave es no hacerlo con maldad, y esforzarse en dejarlos un poco "zombies", por si llega el holocausto zombie, por si pueden revivir.

Volviendo al karma. Tras unos meses horribles en los que nada salía ni mínimamente bien, de repente un día, sin saber cómo, la ruleta gira, se para y... aciertas!

Y empiezan a llegar los premios. En forma de gente que se mete en tu vida con tal intensidad que no queda más remedio que disfrutar el momento. En forma de un sueño que se cumple, cuando te dicen que vas a ser madrina de Aitana, algo increíble.

Antes de seguir voy a hablar de A. y F., F. y A. Son dos maravillosos amigos. Juntos y por separado. A. es otra de mis más antiguas amigas, y de las mejores que alguien puede echarse a la cara. Y F., su marido, es un tipo que siempre que lo necesité estuvo, incluso sin necesitarlo también.

Bueno, no me enrrollo más. Estoy realmente feliz, porque me han pedido que sea la madrina de su segunda hija, de Blanca. ¿Así que cómo negarme a algo que me da la vida? ¿Cómo decir que no al que era mi sueño?

Paso de pensar que jamás sería la madrina de nadie, a ser la madrina de dos niñas queridísimas y las hijas de dos de las mejores amigas que se puede tener. Paso del vacío más absoluto a tener una ilusión increíble por poder aportar algo a esas niñas. Y creo que lo haré bien. Espero no defraudar a quienes han apostado por mí. Es un regalo absolutamente maravilloso. Tal vez el mejor que me podían hacer en estos momentos.



1 comentario:

  1. Gracias Di, guapa. Entre cervezas y risas, van pasando los años y siempre conservamos el buen humor, que al final creo que es el activo más importante al que debe aspirar cualquiera que quiera ser tenido por inteligente. Gracias a tí. (casa de D. y S., varias cervezas ya, risas, ambiente...ya sabes, y un portatil). Besos. F.

    ResponderEliminar