lunes, 12 de octubre de 2020

Felicidad

El error del ser humano es buscar la felicidad a gran escala.


Me hace feliz levantarme y ver el sol. Quedarme más tiempo de lo normal en la cama. Desayunar a horas tardías, cuando de verdad tengo hambre. Y desayunar en vacaciones. Ducharme cuando la presión del agua es fuerte. Leer un libro de esos que enganchan desde el principio. Escribir notas en mi agenda. Y ponerles el tick si he hecho lo que tenía que hacer. Conducir. Viajar. Probar comidas nuevas. Repetir comidas que me entusiasman. La comida de mi madre. La tortilla de patatas de quien de verdad sabe hacerla.

Llegar a una ciudad nueva y descubrirla poco a poco. Tomarme una cerveza con amigos, y el vermú en la playa, antes de comer. Los chupitos de piruleta. Combinar el sol y la sombra en la piscina. Escuchar música a todo volumen.

Cantar y bailar con ellos. Los abrazos. Los besos. Sus sonrisas. Y la mía. Agarrar de la mano a mi madre. Enseñar a quien no sabe. Ver crecer el aguacate. Imprimir fotografías. Sus buenos días. Sus buenas noches. Las horas gemelas. Las pareidolias. La pizza. El gol. La canasta. Y Nadal.

Los reencuentros. Los “te echo de menos”. Un “te quiero”.

Caminar sin rumbo fijo. Escuchar el carrusel deportivo. Recordar que fui muy grande. Y saber que lo seguiré siendo.

La felicidad tiene tantas formas de ser que no puede ser solo una cosa.

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