viernes, 25 de septiembre de 2020

Naturalidad

Con toda la naturalidad posible aceptó su error.

Era un error infantil, de primero de EGB, que es lo que ella había estudiado.

Y mira que repasó veces, pero aun así se equivocó.

La vida está llena de errores, unos más graves que otros, y algunos, muchos, incluso divertidos. Dicen que de algunos de ellos han venido algunas de las mejores ideas que ha tenido la humanidad. No es el caso.

Pero con total naturalidad aceptó su error.

Y se sentó, como cada mañana, a escribir en el ordenador la historia que le tocaba. Y ese día lo tuvo fácil. Un poco de ayuda externa y la idea vino rodada.

Y decidió aceptar, con total naturalidad, que antes de la Ñ va la N, y no la M, como ella puso. Sería que tenía muchas ganas de escribir sobre “Mamá”, y no se dio cuenta de que el hambre le hizo zamparse a la bonita letra N.

Así que aquí está, escribiendo un relato sobre la N, sobre la naturalidad de los fallos. Porque errar es humano, y otra cosa no, pero ella humana es, aún.

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