miércoles, 5 de agosto de 2020

El despertar

Tiene solo diez años. Y empieza a despertar de verdad a la vida.
Porque cuando era más pequeño prefirió no hablar, para quedarse observando con sus ojos grises todo lo que le rodeaba, lo que le sorprendía, lo que le gustaba. No se quejaba, no protestaba, no tenía una mala palabra, porque iba poco a poco descubriendo el mundo, sin prisa alguna.

Acción-Reacción. Pero sin palabras.

Y ahora, con la década a cuestas (aunque pocas cuestas ha subido aún) empieza a despertar.

Y siente más alegría que nunca, pero también más dolor. Porque en los sentimientos el uno va unido al otro. Porque ríes mucho y lloras igual.

Tiene ganas de aprender, pero aún le gusta quedarse detrás, como si no quisiera destacar, porque sabe que quien sobresale se lleva los mayores aplausos, pero también las más feroces críticas.

Y así, él espera. En su sitio tranquilo, con su mirada serena, con su sonrisa firme, despertando a la vida, despertando cada día sabiendo que hoy también le toca ser feliz. 

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