domingo, 9 de agosto de 2020

La huída

No sabía cuánto más aguantaría corriendo.

Sentía los pasos muy cerca, podía escuchar su propio corazón a punto de salir por la boca.

 

Sus piernas aún respondían, pero cada segundo que pasaba le enviaban la señal al cerebro: "al siguiente paso caeré". Notaba esa flojera que te avisa de que está cerca el final.

 

"Corre, por favor, no te rindas ahora. Sólo un pequeño esfuerzo más. No puedes fallar".

 

Intentó atrapar el aire con su respiración, pero el oxígeno entró casi haciendo daño. Sus pulmones no aguantaban, sus jadeos cada vez eran más constantes. Intentó mirar hacia atrás.

 

De repente no se oía nada. Frenó en seco y se dejó caer con la espalda apoyada en el árbol. Agachó la cabeza entre las rodillas y respiró profundamente. Caían las gotas de sudor.

 

Quizá todo había acabado ya. ¿Se habría rendido? ¿Habría logrado suficiente ventaja?

 

Volvió a respirar fuerte. Y se empezó a incorporar.

 

Lentamente se asomó por detrás del árbol...

 

- "¡Te pillé!", gritó su prima asustándole.

 

- "No hay quien pueda huir de ti, eres demasiado rápida. ¿Cambiamos de juego?"

 

No hay comentarios:

Publicar un comentario