miércoles, 12 de agosto de 2020

Karma

 - “Que no, que el karma es otra cosa. Que merece la pena portarse bien en esta vida para recibir recompensas en esta misma”.

- “Pues para mí el karma es más bien eso de que si eres bueno ahora tendrás otra vida en otro cuerpo mejor aún”.

-“Claro, y si te portas como un cabrón te conviertes en hormiga, ¿no?”

- “Justo, tú una hormiga, yo un tío forrado. Porque soy un cacho de pan. Aprende de mí”.

Mientras corría por el paseo marítimo se acordaba Klaus de su conversación con Kurt, una charla adolescente que tuvieron hace más de veinte años.

 “Tonterías. Patrañas. Mamarrachadas. Estupideces. Boberías”.

Su mente se disparaba hacia los lugares más rebuscados. Desde recuerdos del pasado a jugar con las palabras.

“Karma, calma, cama, cala, lama, laca, carca, karma, Karla”

Karla le había dejado y todo le llevaba a ella. Cada palabra, cada recuerdo, porque sabía que en esa conversación de cuando eran jóvenes había mucho de verdad: hubiera debido portarse bien en esta vida para recibir recompensas en esta misma.

Y ahora estaba solo, había perdido su familia, había desperdiciado su vida, y solo le quedaban kilos y kilos, de peso y de dinero. Para vivir solo, sin Karla, sin karma. Sin querer vivir.

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