jueves, 6 de agosto de 2020

La elección

Me mirabas con esos ojos que siempre supieron lo que pensaba.
Tu media sonrisa me decía tantas cosas, pero tu lengua afilada decía muchas más.

Me estabas pidiendo una respuesta, querías ya una solución que ni mucho menos estaba en mis manos, ni en mis palabras. Pero la paciencia nunca fue una virtud para ti.

Querías la respuesta y la querías ya.

- “¿Me quedo o me voy?”

No, no me hagas elegir a mí. No me digas a mí que tome una decisión que podría cambiar todo. Que convertiría cada error en un reproche.

- “Tu silencio me lo dice todo”.

No, no te lo dice. Mi silencio es solo eso, silencio. Lo que dice todo es tu forma de interpretarlo.

¡Quédate! O mejor, ¡vete!

No sé, haz lo que creas más conveniente. No hagas nada, deja pasar el tiempo, cambia esa mirada fría por la mirada que puede derretirme, como si fueras un súper héroe. Bésame, dame un abrazo, quédate, márchate, pero no me hagas elegir.

Porque nunca habrá una elección correcta si las opciones son cabeza o corazón. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario